martes, 24 de marzo de 2015

René Guénon en el pensamiento de Antonin Artaud

Habiendo sido un gran lector del poeta y "metafísico del teatro" Antonin Artaud en mis épocas previas al descubrimiento de la Tradición, me alegra mucho que poco a poco se vaya descubriendo la enorme influencia que tuvo en él la obra perfecta de René Guénon, calificada por el rumano Michel Valsan, su continuador y representante más auténtico, como un "milagro intelectual", "brújula infalible" y "coraza impenetrable". Como lo demuestra la autora Francoise Bonardel en su libro "Antonin Artaud o la fidelidad al infinito" y lo ratifica en este pequeño fragmento de la entrevista que cuelgo, Antonin Artaud no fue moderno ni mucho menos vanguardista o post-moderno sino más bien un anti-moderno que no logró asimilar correctamente los principios de la Tradición perpetua y unánime y que por ello mismo terminó "quemado" en su contacto e interacción con los influjos de la modernidad.

En el segundo fragmento que cuelgo de la misma entrevista, la autora menciona a otro de mis autores predilectos previos al descubrimiento de la Tradición, el francés George Bataille, pero esta vez para negar categóricamente cualquier tipo de acercamiento y afinidad intelectual que algunos han querido ver entre éste y la obra de Antonin Artaud. Mientras que Artaud tenía un respeto por lo sagrado que se trasluce claramente en el conjunto de su obra, Bataille en cambio se vanaglorea y elabora todo su sistema filosófico en torno a su transgresión y profanación. Como la autora los precisa, mientras que Bataille busca la transgresión, Artaud en cambio busca la transmutación.

Entre estos dos autores, no me cabe duda que en la actualidad siento muchísima más simpatía por la obra de Artaud que por la de Bataille, ya que efectivamente aquel "suicidado por la sociedad" fue un hombre de espíritu tradicional que lamentablemente no supo superar sus propios demonios y terminó siendo víctima de ellos, mientras que en el erotómano Bataille no encuentro ningún ápice de nobleza tradicional que me haga añorar su obra profana.

La entrevista se encuentra en francés.  
 



domingo, 22 de febrero de 2015

Témoudijin, Gengis Khan


"El estandarte de Gengis Khan, cuyo nombre es un pseudónimo iniciático (su nombre de nacimiento es Témoudijin, que corresponde en la forma mongol a lo que se entiende en sánscrito por Chakravarti: El Señor de la Rueda, "aquel que hace girar la rueda", el Monarca Universal) simbolizaba la presencia en él de eso que los Musulmanes llaman la Baraka y los Israelitas la Shekina. Este estandarte estaba decorado del símbolo de la esvástica. De otro lado, los Mongoles, según los textos semíticos, son hijos de Japhet."

Jean Camels

"...En cuanto al propio Tamerlán y a Gengis Khan, ciertamente no se equivoca usted al ver en ellos unas manifestaciones (no decimos encarnaciones) del "rigor"… Otro caso muy singular, en el mismo orden de ideas, es el del califa El-Hakim bi-Amri'llah, que fue un espantoso tirano, y a quien los drusos consideran una manifestación divina. Hay evidentemente en todo esto algo relacionado con un aspecto "destructivo" que se encuentra asimismo, en la India, ligado con ciertas formas shivaítas y tántricas. Todo esto es seguramente bien difícil de explicar de una manera completamente clara; y, para decir algo preciso desde el punto de vista histórico, habría que emprender unas investigaciones que ciertamente no carecerían de interés, pero que exigirían mucho tiempo…"

Carta de René Guénon dirigida al rumano Vasile Lovinescu